Presentación con Alejandra Ruiz
Esta es una obra que habla de las exigencias del sistema del arte, y el sistema social hacia las mujeres. La mujer perfecta es en efecto invisible por complacencia, y a la vez una construcción inexistente, un modelo aspiracional que los medios y nuestra socialización como mujeres nos obligan a perseguir. Se discreta, se callada, se invisible, no des problemas, brilla, pero no demasiado como para ahuyentar a los hombres, porque un hombre es un premio, los hombres son la regla, nosotras la excepción. ¿Cómo debemos ser las mujeres en esta sociedad donde solo el vivir como hombre es vivir libertades, y privilegios? La respuesta es: Invisibles, en todos los ámbitos. Ser borrada de la historia, ser borrada en carne, ser desaparecida, ser eliminada, ser quemada hasta las cenizas, perder todo. Sí, desde nuestro nacimiento nos imponen un género, un género con el cual nos quieren determinar, como si la conciencia de la hembra humana fuera definible, como si solo fuésemos seres superficiales, que se pueden entender en los textos de Freud, y cuyo fin en la tierra es una vida de servicio como decía Rousseau. Con base a la complejidad de nuestros genitales, se nos ha destituido de este mundo tan poco meritocrático, porque si por mérito se formara la aristocracia, tendríamos estatuas de Emma Goldman, o las academias de arte hablarían tanto a Gentileschi como de Caravaggio, tendríamos Bienales con el nombre de Kahlo, y bibliotecas en honor a Virginia Wolf.